LOS NEGOCIOS
Cuando llega la hora de la muerte abandonamos el cuerpo físico y entramos en los mundos internos Las almas, después de la muerte, siguen creyéndose en carne y hueso y no aceptan ni siquiera suponer que ya no pertenecen al mundo de la carne; sólo poco a poco va despertando la conciencia de las almas de los muertos.
Después de cierto tiempo, las almas entran en un nuevo vientre materno para tener derecho a renacer en el mundo de la carne; esta es la ley del retorno. Todos venimos a pagar las malas acciones de nuestras pasadas vidas. Si hacemos bien, recibimos bien; si hacemos mal, recibimos mal.
Con la vara que midiereis seréis medidos. El que siembra rayos recoge tempestades. Haced buenas obras para que paguéis vuestras deudas.
Haciendo buenas obras podemos cancelar viejas deudas de pasados retornos. Cuando una ley inferior es trascendida por una ley superior, la ley superior lava a la ley inferior. Al León de la Ley se le combate con la balanza. El que tiene con qué pagar, paga y sale bien en los negocios.
En los mundos internos podemos hablar con los 42 Jueces del Karma. El jefe de estos 42 jueces es Anubis. Los Señores del Karma nos premian y castigan. También podemos solicitar créditos a los Jueces del Karma. Todo crédito hay que pagarlo con buenas obras o con dolor. Los iniciados deben concurrir al palacio de Anubis para arreglar sus negocios.
Nuestras buenas obras están simbolizadas en los mundos internos por exóticas monedas. Cuando solicitamos ciertos servicios a las Jerarquías Divinas tenemos que pagarlos con esas monedas. Si queremos reemplazar esas monedas gastadas, entonces tenemos que hacer buenas obras.
El que tiene capital en los mundos internos puede realizar maravillas. Nada se nos regala, todo cuesta. El verdadero capital son las buenas obras. Si no disponemos de capital tenemos entonces que sufrir lo indecible.
Necesitamos conocer el valor esotérico de las monedas. En cierta ocasión solicitamos un servicio al dios del viento, Ehecatl; tuvimos que pagarle 25 centavos esotéricos por el servicio. Si sumamos entre sí los números 2 y 5 tendremos el número 7; 7 es el arcano de la expiación. Habíamos sufrido mucho, con paciencia. Teníamos esa moneda, pagamos con ella y una persona que nos hacía sufrir se alejó de nosotros; así se realizó ese milagro. Si no hubiéramos tenido esa moneda Ehecatl no nos hubiera hecho ese trabajo. Nada se nos da de regalo, todo cuesta.
Trabajando en favor de la humanidad podemos cancelar nuestras viejas deudas. El único que puede perdonar pecados es el Cristo.
Sólo el remordimiento terrible, el supremo arrepentimiento interno y el juramento solemne pueden conducirnos al perdón. Ese negocio sólo se puede arreglar en los mundos internos con el Cristo.
Los iniciados, para arreglar sus negocios, deben conocer los 22 arcanos mayores del Tarot. Los números se suman entre sí como ya explicamos en el ejemplo de Ehecatl.
A cierto bodhisattva, que tenía el cuerpo mental enfermo, se le dijo: Dentro de 500 años seréis sano. 5+0+0=5 El bodhisattva estaba recapitulando su primera iniciación de misterios mayores; con esto se le quiso decir que cuando recibiera su quinta iniciación de misterios mayores sería sano. A ese bodhisattva, cuando llegó a la quinta iniciación, se le dijo: Ya habéis sufrido mucho tres años; ahora os vestiréis mejor. 3 es nuestro triuno espíritu.
Ese bodhisattva había sufrido espiritualmente porque estaba caído; al levantarse, se le devolvió su túnica de púrpura y se vistió espiritualmente mejor.
Cuando llega la hora de la muerte abandonamos el cuerpo físico y entramos en los mundos internos Las almas, después de la muerte, siguen creyéndose en carne y hueso y no aceptan ni siquiera suponer que ya no pertenecen al mundo de la carne; sólo poco a poco va despertando la conciencia de las almas de los muertos.
Después de cierto tiempo, las almas entran en un nuevo vientre materno para tener derecho a renacer en el mundo de la carne; esta es la ley del retorno. Todos venimos a pagar las malas acciones de nuestras pasadas vidas. Si hacemos bien, recibimos bien; si hacemos mal, recibimos mal.
Con la vara que midiereis seréis medidos. El que siembra rayos recoge tempestades. Haced buenas obras para que paguéis vuestras deudas.
Haciendo buenas obras podemos cancelar viejas deudas de pasados retornos. Cuando una ley inferior es trascendida por una ley superior, la ley superior lava a la ley inferior. Al León de la Ley se le combate con la balanza. El que tiene con qué pagar, paga y sale bien en los negocios.
En los mundos internos podemos hablar con los 42 Jueces del Karma. El jefe de estos 42 jueces es Anubis. Los Señores del Karma nos premian y castigan. También podemos solicitar créditos a los Jueces del Karma. Todo crédito hay que pagarlo con buenas obras o con dolor. Los iniciados deben concurrir al palacio de Anubis para arreglar sus negocios.
Nuestras buenas obras están simbolizadas en los mundos internos por exóticas monedas. Cuando solicitamos ciertos servicios a las Jerarquías Divinas tenemos que pagarlos con esas monedas. Si queremos reemplazar esas monedas gastadas, entonces tenemos que hacer buenas obras.
El que tiene capital en los mundos internos puede realizar maravillas. Nada se nos regala, todo cuesta. El verdadero capital son las buenas obras. Si no disponemos de capital tenemos entonces que sufrir lo indecible.
Necesitamos conocer el valor esotérico de las monedas. En cierta ocasión solicitamos un servicio al dios del viento, Ehecatl; tuvimos que pagarle 25 centavos esotéricos por el servicio. Si sumamos entre sí los números 2 y 5 tendremos el número 7; 7 es el arcano de la expiación. Habíamos sufrido mucho, con paciencia. Teníamos esa moneda, pagamos con ella y una persona que nos hacía sufrir se alejó de nosotros; así se realizó ese milagro. Si no hubiéramos tenido esa moneda Ehecatl no nos hubiera hecho ese trabajo. Nada se nos da de regalo, todo cuesta.
Trabajando en favor de la humanidad podemos cancelar nuestras viejas deudas. El único que puede perdonar pecados es el Cristo.
Sólo el remordimiento terrible, el supremo arrepentimiento interno y el juramento solemne pueden conducirnos al perdón. Ese negocio sólo se puede arreglar en los mundos internos con el Cristo.
Los iniciados, para arreglar sus negocios, deben conocer los 22 arcanos mayores del Tarot. Los números se suman entre sí como ya explicamos en el ejemplo de Ehecatl.
A cierto bodhisattva, que tenía el cuerpo mental enfermo, se le dijo: Dentro de 500 años seréis sano. 5+0+0=5 El bodhisattva estaba recapitulando su primera iniciación de misterios mayores; con esto se le quiso decir que cuando recibiera su quinta iniciación de misterios mayores sería sano. A ese bodhisattva, cuando llegó a la quinta iniciación, se le dijo: Ya habéis sufrido mucho tres años; ahora os vestiréis mejor. 3 es nuestro triuno espíritu.
Ese bodhisattva había sufrido espiritualmente porque estaba caído; al levantarse, se le devolvió su túnica de púrpura y se vistió espiritualmente mejor.
martes, 6 de enero de 2009
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